martes, 3 de marzo de 2015




REFLEXIÓN AUTOBIOGRÁFICA


Diana Katerine Roncancio Mendez


Las experiencias que he tenido con la lectura literaria han venido parcialmente de casa, no puedo decir que la escuela nunca estuviera en esa vanguardia por decirlo así, que no existiera la clase del plan lector. Claro existió, pero no cautivo en mí ser, todas esas emociones que trasmitía mi papá al leerme aquellas historias que me remontaban en amplios pastales y sueños inmersos de felicidad.



Uno de los recuerdos más maravillosos remonta esa tarde, junto a mi padre donde leíamos Alicia en el país de la maravillas, yo me sentía plenamente y disfrutaba párrafo a párrafo con él. Creo, pienso y siento que el amor que le tengo a la lectura provino desde una buena enseñanza de casa donde se disponía espacio para ciertas actividades y en especial para esta.

En cuanto hablar del colegio y el plan lector, me quedaba claro que solo me delimitaba a leer para enfrentarme con un examen al día siguiente, donde se me preguntaba cuantiosas preguntas sobre lo leído.

A manera personal siento en la actualidad que la lectura en mi vida ha influido a tal punto de imaginar, soñar y crear, y por supuesto en mi papel como docente debo afrontar retos como este donde se destaque las buenas habilidades en los estudiantes de manera autónoma y reflexiva. ¿Por qué? se estarán preguntado ustedes que llego a estas conjeturas, pues bien no es posible obligar a leer un niño un texto que ni siquiera nosotros en ocasiones entendemos, tenemos que mirar nuestro pasado, presente y lo que puede llegar hacer nuestro futuro.

Para terminar añado que la literatura en mi vida ha simbolizado lo que soy hoy por hoy. Me gusta leer recordando lo que mi padre hizo de mí, una mujer que no se queda en fundamentos de otros sino que busca se informa, se instruye, razona, comparte y ve en el acto de leer un pensamiento abierto a todas las posibilidades.  




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¿CÓMO HACER PARA QUE LOS NIÑOS LEAN MÁS?
Para comenzar es importante mencionar en el texto lo descrito por Machado A. (2002), estableciendo el principal punto de partida para dar respuesta a nuestra pregunta, ya que como lo señala ella, no estamos hablando de una “receta de un pastel o una formula química”. Si recordamos un tanto la postura entre el profesor que pago el boleto y la profesora que viajo en canoa, estaremos de frente a lo que limita nuestra lectura o por el contrario nos hace acreedores de este mundo maravilloso.
Ciertamente lo que despliega el texto de Machado A. (2002), trasmite al lector sin duda alguna recordar vivencias no muy lejanas a la realidad y por ende a una reflexión: por una parte nos hace evidente que no podemos enseñar a leer a niños(as) si no lo hacemos, lo sentimos lo vivimos y nos apasiona de manera personal, y por la otra nos trasmite desde su anécdota toda esa energía que cautiva al lector a querer leer más, aportando no solo en la parte personal sino colectiva.
Sumando a lo anterior y como lo dice Machado A. (2002),   “si se pudiese comparar” los niños(as), para el caso del profesor que pago su boleto, aquellos niños(as), se sienten obligados e intimidados, mientras que los niños(as), de la profesora que viajo en canoa, se sienten atraídos por el mundo de la lectura. En este sentido se podría decir que no basta con obtener las técnicas y procedimientos para logar que un niño lea más, sino despertar en ellos esa creatividad y amor en la manera de cómo, se hacen participes de la lectura Machado A. (2002), menciona “No creo que nadie enseñe a otra persona a leer literatura. Por el contrario, estoy absolutamente convencida de que lo que una persona lega a otra es la revelación de un secreto: el amor por la literatura. Y eso es más un acto de contagio que una enseñanza”.
Seguidamente Machado A. (2002), suscita en su texto “que lo que lleva a un niño a leer es, ante todo, el ejemplo. De la misma forma que aprenden a cepillarse los dientes, a comer con tenedor y cuchillo, a vestirse a ponerse los zapatos, y tantos otros actos cotidianos”. No podemos obligar a leer a los niños(as), si en la casa no damos el ejemplo.
En concordancia Machado A. (2002), se refiere a la necesidad, de despertar en los niños y jóvenes, esa curiosidad y pasión por la lectura que nos hace amarla, recalcándonos, “que lo importante no es multiplicar una lectura de consumo sino asegurar el encuentro con la literatura”.
BIBLIOGRAFÍA
Machado A. (2002) Entre gansos y vacas: escuela, lectura y literatura. En Lectura, escuela y creación literaria. Madrid: Anaya.




Reflexión autobiográfica


 Astrid Viviana Garnica Hernández

Mis experiencias con la lectura en su gran mayoría han sido nutridas he inculcadas por mis padres y abuelos, en ese tiempo atrás las lecturas más comunes eran fabulas, mitos leyendas y una que otra historia de nuestro país, me gustaba mucho como la leíamos ya que lo asimos en forma de circulo, y era muy bonito puesto que lo compartíamos con varios primos, dejándonos llevar por un mundo imaginario y mágico, convirtiéndonos en los autores de estos libros, la forma en cómo se leía cierto libro era muy bonita ya que el tono de voz nos dejaba sentir las vivencias de cada personaje como si fueran propias; fui creciendo con este ámbito de leer lo cual me agrada mucho, y me siento muy orgullosa ya que hoy día hago lo mismo con mi hija, es decir como lo plantea Ana María Machado “es importante el ejemplo de lectura que reciben  por parte de los adultos, para que los niños lean, tal como aprendieron a realizar actividades cotidianas, hasta convertirse en cultura. Y es la familia la encargada de dar ejemplo lector” (en lectura, escuela y creación literaria. 2002).


Para mí la lectura es una forma de lenguaje escrito que me permite comunicarme sobre algún tema, cuando leo libros de obras literarias me imagino los lugares, los personajes de quienes se habla, en algunos casos me identifico con vivencias plasmadas en este, la lectura también enriquece mis conocimientos convirtiéndome en una persona más reflexiva. 
La lectura me afecta cuando es obligada, es decir no me divierto ni me dejo llevar por ella, por lo tanto no me deja nada positivo.


La lectura me ayuda a “pensar, descifrar, argumentar, razonar, disentir, unir y confrontar diversa ideas” (en lectura, escuela y creación literaria. 2002).
Si le da un gran sentido a mi vida ya que me aporta de manera positiva, me ayuda a convertirme en una persona crítica, me ayuda a superarme.


¿Cómo hacer para que los niños lean más?


María Machado por medio de las experiencias narradas nos deja ver que la lectura no es muy llamativa en los jóvenes, sin embrago estas anécdotas dejaron  ver dos caras hacia la lectura uno de los grupos analizado dio como resultado que lo estudiantes leían por obligación, simplemente para dar respuestas a su docente siendo evaluados como comprensión lectora, y el otro grupo dejo ver que los estudiantes desarrollaron la vocación de lectores durante la vida, pues despertaron la curiosidad que poseen los libros y leerán todo lo que esté a su alcance. 

Es positivo que como docentes y como se plantea en el texto de María Machado  demos  “ejemplo contribuyen a formar estudiantes lectores, apasionados por los libros y por la lectura, debido a su  tipo de formación recibida.  Asimismo cuestiona la formación de maestros, pues no tienen  la capacidad de transmitir o legar el amor por la literatura a sus estudiantes”.
Es por eso que como docente hoy en día podemos seguir a portando al interés por la lectura, por medio de clases más dinámicas en las cuales los estudiantes se sientan atraídos y no obligados.

BIBLIOGRAFÍA:

Machado A. (2002) Entre gansos y vacas: escuela, lectura y literatura. En Lectura, escuela y creación literaria. Madrid: Anaya.




De carta en carta Ana María Machado


Reseña por: Astrid Viviana Garnica Hernández.


Este cuento me parece muy bonito ya que de alguna manera, me deja ver la necesidad de saber escribir y leer, ya que por medio de la lectura nos podemos comunicar e informar sobre cosas o temas.


Pepe era un niño con la edad suficiente para ingresar a la escuela, pero tal vez tiempo atrás los niños se dedicaban primero a aprender tareas domésticas que  a leer o escribir, en su mayoría siempre estaba al lado de su abuelo José, quien ya era un señor de edad y para su nieto simplemente era un viejo ya gruñón al que acompañaba mientras sus padres trabajaban.


Me agrada el punto de vista del señor Miguel, ya que él no estaba de acuerdo que un niño estuviera trabajando y no estudiando, hecho que vivimos hoy en día en nuestras calles, sería bueno que la sociedad pensara igual que el señor Miguel.
Pepe demostró que la escuela era un lugar lleno de cosas buenas y una de ellas fue a prender a leer y escribir, el niño cambio su forma de ser con su abuelo dejando de lado las peleas y disgustos, cambio de una forma muy positiva ya que el solo quería que su abuelo descansara y disfrutara de su pensión, sin embrago aunque su abuelo no supiera leer y escribir fue un gran ejemplo para Pepe ya que el señor José cuando pedía que escribieran una carta lo hacía de una forma muy correcta es decir con todos los elementos que conforman una carta.


Gracias al señor Miguel, Pepe descubrió en la lectura y escritura un mundo nuevo lleno de oportunidades para él y su abuelo, su familia se sentía muy orgullosa pues veían en su hijo gran entusiasmo por ir a la escuela, este libro me deja ver que la lectura y la escritura nos facilitan y aportan muchos beneficios en la vida realmente por medio de esta la vida nos puede dar giros inimaginables.

Me agrado mucho este cuento pues me deja una gran enseñanza, frente a la importancia de saber leer y escribir. 











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Reflexión autobiográfica.
Beatriz H Gómez

Estudié en un colegio de monjas, pero mi profesora de español de sexto, octavo y décimo grado no lo era (monja). Gloria Estrada se llama, ya no ejerce la docencia, es coordinadora del colegio  y esto me parece un gran desperdicio. Creo que gracias a ella me adentré al mundo de la literatura. En mi casa siembre hubo libros, no recuerdo que me leyeran, pero sí se contaban historias, cuentos, narraciones tradicionales eran contadas por mis abuelos y Silvita la hermana de mi abuelo materno. Los libros los ojeaba, me causaban curiosidad, pero más que leer, los olía.
Sólo con la profesora Gloria, me dieron ganas de leer libros, sin importar cuanto fueran “gordos”, han pasado ya 21 años desde entonces y la recuerdo con cariño. Decía que los personajes de los libros de literatura eran como todos los seres humanos y que se queríamos conocer la gran variedad de sentimientos y emociones humanas era solo necesario leerlos. Ellos nos podían hacer reír o llorar y nos llevarían a lugares que no conocemos. El principito, Cuento de navidad, Pedro Páramo, Otelo, Hamlet , La Odisea, De la tierra a la luna, Veinte mil leguas de viaje submarino, El viejo y el mar, María, La vorágine entre otras fueron los libros que Ella nos hizo leer, sin esfuerzo. Ella fue un gran ejemplo, siempre tenía un libro en la mano.

Para mí la literatura ha sido muy importante, ha sido mi antidepresivo de confianza. En momentos difíciles me he entregado a ella y siempre me ha hecho bien. En ocasiones vuelvo sobre libros ya leídos y es toda una experiencia, me gusta hacerlo.

Respondiendo a la pregunta ¿Cómo hacer  para que los niños lean más? Creo que a partir del texto de Ana Machado, se puede decir que desafortunadamente los profesores de literatura, no promueven la lectura, con gusto, acercándose a los gustos del estudiante. El profesor de literatura, debería ayudar a  a descubrir las satisfacciones que se hallan en  la literatura, a  mejorar la capacidad del estudiante para evocar significado a partir del texto, llevándolo a reflexionar de manera autocrítica acerca de este proceso. Pero para esto, es necesario que los maestros se apasionen por la literatura y que sean un ejemplo vivo, así como lo fue Gloria Estrada para mí y mis compañeras, sin preocuparse demasiado por elementos formales y técnicos porque sabía que primero es necesario acercarse  sin ningún propósito práctico, sólo por el gusto de la lectura.



Reseña de dos cuentos de Ana Machado

“Un día de lluvia”- Ana María Machado-
Isabel y Enrique, fueron a visitar a su amigo Guillermo, como era un día lluvioso no pudieron salir, los niños decidieron tener grandes aventuras en la habitación de Guillermo. Montaron en lomo de elefante, fueron al bosque, se defendieron de fieras salvajes, navegaron en un barco mágico, y  finalmente durmieron en la cueva de un oso. Cuando las mamás de los niños los encontraron, estaban tristes porque pensaban que se habían  aburrido…

“El domador de monstruos” -Ana María Machado-
Sergio, un niño como muchos otros, era valiente  y a veces tenía miedo. Una noche las sombras de los árboles se reflejaban en la pared de su habitación formando imágenes tenebrosas. Un monstruo horrible aparece  y Sergio lleno de valor le ordena marcharse, pero el monstruo permanece inmóvil. Así que Sergio  dice “Si no te vas llegará un monstruo más horrible que tú con un ojo solo” cierra los ojos, pero cuando los abre el monstruo se ha ido y en su lugar está el otro monstruo. Sergio tiene mucho miedo, pero se llena de valor y le dice “si no te vas ya, vendrá un monstruo más horrible que tú,  con un ojo y dos bocas” cierra sus ojos y espera unos momentos, pero cuando los abre encuentra al monstruo que él había inventado lleno de temor  le ordena al monstruo marcharse y repite las mismas palabras , solo que esta vez el monstruo tendrá un ojo, dos bocas y cuatro trompas, cada vez que uno se va, llega otro más horrible…
Sergio tiene ganas de reírse pero continua  hasta llegar a un monstruo con dos bocas, tres cuernos, cuatro trompas, cinco ombligos, seis lenguas, siete rabos,, ocho jorobas, nueve piernas, diez corazones, once máscaras, doce sonrisas, trece risas, catorce carcajadas y quince volteretas, Sergio no aguanta más la risa y a este punto el monstruo desvanece. Finalmente duerme y sueña con monstruos simpáticos.  


Beatriz Gómez





REFLEXIÓN AUTOBIOGRÁFICA

KATHERINE PULIDO LOAIZA

Hablando desde mi experiencia tristemente no me considero una  gran lectora, en mi bachillerato mis profesores de literatura “fomentaban” la lectura bueno eso decían ellos,  pero para mí siempre era algo dispendioso, difícil aburridor y lo que realmente tenía sentido es que era  un requisito para aprobar mi materia, en mi clase de español cuando iniciábamos la clase  mi profesora daba la lista de todos los libros que debía leer durante el año… para mí esto ya era regla general en esta materia, pues todos los años siempre se desarrollaba la misma actividad, lo único diferente era que cada vez eran más largos , complejos y parecían ser más aburridos, entonces fue cuando mi hermano mayor le pedía los resúmenes de las obras literarias a mis padres casi como requisito en la lista escolar, y como dice Machado en su texto los niños aprenden de lo que ven que hacen los adultos, para mí un fascinante descubrimiento con ese tipo de resúmenes no necesitaba ni siquiera el libro que había mandado a comprar mi profesora, es decir que mi tarea ya estaba hecha, tenía el resumen, especificaba lo más importante, sus personajes principales, secundarios era una maravilla, en su momento lo mejor para mí. 

Es triste ver hacia atrás y querer volver a esos espacios, los cuales hoy en día no  tengo y  quisiera tenerlos definitivamente pienso que si hubiese desarrollado en su momento habilidades de lectura cuando era pequeña,  me hubiese sido muy útil para mi pregrado y  no solo como estudiante universitaria también para la vida, pienso si tal vez mis maestros no lo hubiesen hecho ver como una carga si no por el contrario hubiesen despertado en mi esa motivación, seguramente todo sería diferente y no solo en mi colegio también en mi casa, debo mencionar que en mi hogar nunca existieron regalos como un buen libro, o círculos donde pudiéramos compartido un cuento por sencillo que fuera. Con el nuevo integrante en mi familia mi sobrino Sebastián quien tiene 9 mesecitos, les cuento que él ya tiene varios libros, me admiro como un bebé sin ni siquiera leer puede divertirse con las imágenes, con lo que toca, con sus padres leyéndole y jugando a la vez con él, estoy segura que mi sobrino si será un verdadero lector ya que hasta acualibros tiene, y nosotros el ejemplo de la casa estamos tratando de despertar dicha motivación que le falta a los adultos de la que habla Machado, empezando por ser nosotros buenos lectores.


Les presento a Sebitas... 





CUENTOS DE ANA MARIA MACHADO







Instrucciones teniendo en cuenta la lectura de Ana Maria Machado:

1.     Nosotros como adultos que somos debemos dar ejemplo, debemos incentivar la lectura en nuestros pequeños ya que los niños tratan de hacer lo que ven en los adultos, éste hábito de la lectura se lo podemos contagiar, leyendo junto a ellos.


2.     Es necesario guiar a los niños a buscar espacios tranquilos en donde se sientan bien, momentos  donde puedan disponer sus sentidos para la lectura y así le cojan amor a la lectura.


3.      Es importante ser portadores de buenos regalos, como buenos libros, una buena biblioteca en donde ellos tengan variedad y puedan así descubrir cuáles son sus gustos.


4.     Después de haberles propiciado espacios y haberles dado todo el acompañamiento necesario, debemos respetar sus gustos y elecciones no podemos imponerles nada, esto haría que leyeran por obligación.


5.     Debemos estar en perfecta sintonía con el colegio o jardín pendientes como adultos responsables de lo que les enseñan allí, ya que una enseñanza inadecuada por parte de los maestros puede dañar todo lo que hemos trabajado en familia; y hacer que la lectura se vuelva aburrida.


Machado A. (2002) Entre gansos y vacas: escuela, lectura y literatura. En Lectura, escuela y creación literaria. Madrid: Anaya.


JORGE MONCADA 

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